Los más de sesenta años que Toots Thielemans dedicó al mundo del jazz lo han convertido en algo más que un reconocido intérprete de armónica que consiguió elevar a la categoría de maestría los sonidos que modulaba con sus labios. El jazz tiene mucho que agradecerle a la popularidad que logró este instrumentista nacido y fallecido en Bruselas, que coqueteó primero con la guitarra, inspirado por su compatriota Django Reinhardt, hasta que encontró la técnica perfecta para dar a la armónica un status superior entre los habituales sonidos del jazz.
En este programa haremos un viaje rápido por su discografía solista by también su participación en colaboraciones con otros grandes del jazz y la bossa nova.
Stars Fell on Alabama – Toots Thielemans
Lonesome Road – Toots Thielemans/Ray Bryant Trio
Bluesette – Toots Thielemans
Secret Love – Toots Thielemans
The Days Of Wine And Roses – Toots Thielemans
Giant Steps – Toots Thielemans
Someday My Prince Will Come – Toots Thielemans
Speak No Evil – Toots Thielemans
In Walked Bud – Toots Thielemans
La Valse des Lilas – Toots Thielemans/Shirley Horn
Three Views Of a Secret – Toots Thielemans/Jaco Pastorius
Velas – Quincy Jones/Toots Thielemans
Georgia on My Mind – Stephane Grappelli/Toots Thielemans
Blue And Green – Toots Thielemans/Bill Evans
Samba de Uma Nota So – Toots Thielemans/Eliane Elias
O Barquinho – Toots Thielemans/Elis Regina
The Fool On The Hill – Toots Thielemans/Bill Evans
En agosto de 2015 hice un programa dedicado a músicos del mundo del jazz que llegaron o se fueron en este octavo mes del año. Ese programa lo reprisé hace poco y nuevamente lo comparto con ustedes para ir nutriendo paulatinamente los archivos que debido a un problema con el blog se “esfumaron” de la bloggosfera.
Agosto es también el mes de Julio Cortazar, un apasionado y enciclopedista amante de la música en general y del jazz en particular que bajo el nombre de Lucas, se explaya sobre sus pianistas favoritos en este texto:
Larga es la lista como largo el teclado, blancas y negras, marfil y caoba; vida de tonos y semitonos, de pedales fuertes y sordinas. Como el gato sobre el teclado, cursi delicia de los años treinta, el recuerdo apoya un poco al azar y la música salta de aquí y de allá, ayeres remotos y hoyes de esta mañana (tan cierto, porque Lucas escribe mientras un pianista toca para él desde un disco que rechina y burbujea como si le costara vencer cuarenta años, saltar al aire aún no nacido el día en que grabó Blues in Thirds).
Larga es la lista, Jelly Roll Morton y Wilhelm Backhaus, Monique Haas y Arthur Rubinstein, Bud Powell y Dinu Lipati. Las desmesuradas manos de Alexander Brailovsky, las pequeñitas de Clara Haskil, esa manera de escucharse a sí misma de Margarita Fernández, la espléndida irrupción de Friedrich Guida en los hábitos porteños del cuarenta, Walter Gieseking, Georges Arvanitas, el ignorado pianista de un bar de Kampala, don Sebastián Piaña y sus milongas, Maurizio Pollini y Marian McPartland, entre olvidos no perdonables y razones para cerrar una nomenclatura que acabaría en cansancio, Schnabel, Ingrid Haebler, las noches de Solomon, el bar de Ronnie Scott, en Londres, donde alguien que volvía al piano estuvo a punto de volcar un vaso de cerveza en el pelo de la mujer de Lucas, y ese alguien era Thelonious, Thelonious Sphere, Thelonious Sphere Monk.
A la hora de su muerte, si hay tiempo y lucidez, Lucas pedirá escuchar dos cosas, el último quinteto de Mozart y un cierto solo de piano sobre el tema de “I ain’t got nobody”. Si siente que el tiempo no alcanza, pedirá solamente el disco de piano. Larga es la lista, pero él ya ha elegido. Desde el fondo del tiempo, Earl Hines lo acompañará.
Old Rockin’ Chair – Jack Teagarden/Louis Armstrong
Lady Be Good – Count Basie/Lester Young
Indian – Benny Carter/Kenny Drew
Bebop – Julio Cortazar/Charlie Parker/Kenny Dorham
Seven Come Eleven – Oscar Peterson/Herb Ellis
Lonely Girl – Bill Evans/Tony Bennett
One By One – Idrees Sulieman/Mal Waldron
You Dont Know What Love Is – Dinah Washington
Reminiscing – Art Farmer/Kenny Drew
I’m Glad There Is You – Duke Pearson/Lex Humphries
Samba Do Aviao – Baden Powell/Airto Moreira
I Must Have That Man – Abbey Lincoln
The Phineas Trane – Pat Martino
Pretty Scared – Charlie Haden/Jack DeJohnnette/Pat Metheny
Crescent – Alice Coltrane/Ravi Coltrane
Condition Red – Wayne Shorter/Terri Lyne Carrington
El programa de hoy es un programa de aniversario que fue preparado por ustedes a través de sus sugerencias y recomendaciones. No podía haber quedado mejor la selección de temas. Como la lista es grande y todos los temas no pudieron entrar en un solo programa, continuaremos con esta celebración nuestra siguiente sesión con aquellos temas que se quedaron afuero, pero además, si todavía quieren sugerir temas, intérpretes o programas que les gustaron no tienen más que escribir al correo electrónico olorajazz@gmail.com al Facebook en el usuario Nicolás Peña (la quinta disminuida) o al twitter al usuario @laquintajazz y los temas elegidos serán parte de nuestra próxima sesión.
Rockin’ In Rhythm – Weather Report
Havona – Weather Report
Crisis – Jaco Pastorius
Sous Le Ciel De Paris – Karrin Allyson
I Aint’t Got Nobody – Earl Hines
Mercy, Mercy, Mercy – Jimmy Smith
Fables Of Faubus – Charles Mingus
Moanin – Charles Mingus
We Will Meet Again – Bill Evans
My Funny Valentine – Bill Evans/Jim Hall
Samba Triste – Charlie Byrd/Stan Getz
La Burrita – Daniel Maza
Summertime – The Great Jazz Trio
Autumn Rain – Ahmad Jamal
When My Sugar Walks Down The Street – Oscar Peterson
La melodía es elemento más importante de la música, es lo que recordamos de la buena música y aun así es muy esquiva. Muchos compositores aseveran que la creación de una melodía viene del fondo del alma y que fluye a través del corazón. De modo que sale de uno sin que necesariamente lo desee, muchas veces es algo inconsciente. La composición en sí es un trabajo inconsciente. Muchos compositores no creen que nadie se concentre en la música y componga, las melodías vienen de un lugar más profundo, vienen del corazón. No es que el corazón componga. El cerebro ve las teclas del piano y entiende como se relacionan, pero la verdadera música viene del corazón.
Hace más de cien años, si uno quería escuchar música necesitaba ir al lugar donde la tocaban y la elección de la música, más bien, la elección de la mezcla, no la hacía uno. Uno escuchaba lo que los músicos decidían tocar. Esto cambió de manera espectacular y definitiva cuando Thomas Alba Edison invento una forma de grabar sonidos de manera que las interpretaciones musicales se podían preservar y escuchar una y otra vez. Este hecho es maravilloso y nos permite disfrutar las veces que queramos cuando una música nos gusta, pero también trajo sus complicaciones al enfrentarnos a una gigantesca variedad de música. Esto se multiplicó además con la facilidad que hoy en día tenemos gracias al internet. Pero, ahí surge la pregunta: ¿Cómo podemos diferenciar lo bueno y lo malo? (obviamente bueno y malo entre comillas y con una fundamental dosis subjetiva y cultural). A George Martin le parece que lo primero que captamos al escuchar una canción es la melodía. Todos tenemos nuestras ideas en cuanto a lo que es una buena canción, un buen tema, pero si nos preguntamos ¿por qué? estaremos en problemas. Si un tema es mejor que otro, sea lo que eso signifique, entonces suele gustarnos y se hace inmortal. Debe haber algo en esa canción que la hace quedarse en la memoria.
Los siguientes temas que he elegido para esta sesión, son algunos en los que, para mi propio sentir, presentan melodías maravillosas que quiero compartir con ustedes.
La sesión de hoy girará alrededor de un instrumento maravilloso, el más completo de todos los instrumentos. El instrumento que cualquier músico necesita conocer y tocar, ya sea oboísta, percusionista, cantante, trompetista o lo que fuera.
Hoy la quinta disminuida destinara las dos horas del programa al piano.
Si. Ya sé que hice varios programas en relación a este instrumento, pero nunca hice uno dedicado al piano solo, es decir a la mágica complicidad entre un hombre o una mujer y las ochenta y ocho teclas de este instrumento.
Diez dedos y ochenta y ocho teclas capaces de llevarnos a parajes diversos.
Tristes o alegres. Melancólicos o sublimes. Tormentosos o calmados.
Un instrumento capaz de llevar a cualquiera al límite del sentimiento del alma. El piano.
He preparado una lista de 20 pianistas, seguro que faltarán muchos por lo que este programa seguro que necesitará una segunda parte, pero los 20 de hoy seguro que serán de su disfrute.
Tiger Rag – Art Tatum
Oblivion – Bud Powell
Crepuscule With Nellie – Thelonoius Monk
I Love You Porgy – Bill Evans
Sonrisa – Herbie Hancock
This Nearly Was Mine – Chick Corea
Don`t Ever Live Me – Keith Jarrett
Paris – Brad Mehldau
Olhos De Gato – Paul Bley
New Feelings – Joachim Kuhn
One Night In The Hotel – Michel Petrucciani
Antonia – Stefano Bollani
No Hago Otra Cosa Que Pensar En Ti – Tete Montoliu
Matsidiso – Abdullah Ibrahim
Dream – Esbjorn Svenson
Somewhere – Hiromi Uehara
For Nenette – Eliane Elias
A Dream – Michel Camilo
Esta tarde vi llover/My Foolish Heart – Chucho Valdes
En esta sesión, el programa estará dividido en dos partes: en la primera rendiremos un homenaje a dos artistas que dejaron la vida terrestre hace poco tiempo, Natalie Cole que murió el 31 de diciembre de 2015 y David Bowie que nos dejó el pasado 10 de enero de 2016.
En la segunda parte escucharemos temas compuestos por músicos vinculados al pop y al rock e interpretados con aromas impregnados de jazz.
Come Rain or Come Shine – Natalie Cole
Tell me all About it – Natalie Cole
Route 66 – Natalie Cole
Life On Mars – Seu Jorge
This Is Not America – Pat Metheny/David Bowie
Sue (Or In A Season of Crime) – David Bowie/Maria Schneider
Space Oddity – Till Bronner
Fragile – Kenny Barron
Every Breath You Take – Chris Minh Doky/Dianne Reeves
La sesión de hoy nació una tarde de domingo, mientras, a través de mi ventana presenciaba ese maravilloso y mágico fenómeno que sucede cuando millones de esferas de 0.5 milímetros de diámetro, caen desde el cielo. En ese momento estaba escuchando un tema del álbum “The sound of summer running” del contrabajista Marc Johnson. Un tema titulado “In a quiet place”. Un tema hermosísimo que en ese momento se amalgamaba perfectamente con una tarde/noche de domingo. Sí. El programa de hoy está inspirado en la lluvia, en todas aquellas composiciones que mencionan a la lluvia en su título y que, me imagino, surgieron en momentos inspirados en ese fenómeno natural. Por esta razón, este programa sería ideal si lo pudieran escuchar mientras llueve, pero como esa circunstancia no puedo controlarla es que usaré a lo largo del programa, como música de fondo…el sonido de la lluvia.
Here´s That Rainy Day – Bill Evans
Here´s That Rainy Day – Ella Fitzgerald
Brussels In The Rain – Paquito D`Rivera
Tears of Rain – Gary Burton
Singin’ In The Rain – Bireli Lagrene
After The Rain – John Coltrane
A Walk In The Rain – Michael Franks
Autumn Rain – Ahmad Jamal
Gentle Rain – Irene Krall
Come Rain or Come Shine – Gerry Mulligan
Come Rain or Come Shine – Frank Sinatra
The Rain Song – Motohiko Hino
Après La Pluie – Dominique Di Piazza
Come In From The Rain – Shirley Horn
Rainy Days And Mondays – Pat Metheny
Stormy Weather – Billie Holiday
Yesterday I Heard The Rain – Charlie Haden/Gonzalo Rubalcaba
La primera vez que escuché un piano eléctrico tuve una de las sensaciones musicales más hermosas. No sabía exactamente que instrumento estaba escuchando, imaginé que era una especie de vibráfono, de xilofón eléctrico o de un piano electrificado con algún efecto especial. Su sonido cristalino y delicado en las notas agudas contrastaba profundamente con el sonido ronco, áspero y distorsionado de los graves. Los tonos medios en cambio, sonaban como un grupo de cámara de campanas tubulares. Lo recuerdo exactamente, fue el álbum “Friends” de Chick Corea, en el que escuché por primera vez ese mágico instrumento que me produjo la catarsis definitiva.
Tenía 11 años y la portada del disco de vinil, en la que se mostraba a un cuarteto musical de pitufos, no podría haber sido mejor elegida. Aunque no fui un seguidor de ese programa de dibujos animados, el sonido que salía de los surcos del disco era ideal para imaginarse alguna escena de esa serie. En el texto de la contratapa pude leer por primera vez el nombre del instrumento que me había cautivado: Fender Rhodes Piano.