El 6 de enero de 1999 el pianista francés Michel Petrucciani falleció en Nueva York a causa de una infección pulmonar. A sus 36 años estaba considerado como uno de los grandes pianistas europeos. La grave enfermedad ósea que padecía no fue obstáculo en su interés por la música, y pese a no alcanzar el metro de estatura, sentado frente al piano se convertía en un gigante. Dotado de un virtuosismo extremo, su estilo intimista y romántico, que partía de la escuela de Bill Evans, combinaba con inteligencia el lirismo y la sutileza con un ataque poderoso y percusivo.
Este mes de julio, es el mes aniversario de la quinta disminuida, y, como ya es una tradición, son ustedes los que sugieren y seleccionan la música. Ya hemos tenido dos programas con esa característica, y la sesión de hoy será la tercera y ultima en ese formato, completando todas sus sugerencias. Muchas gracias por su compañía, pónganse cómodos para disfrutar de este tercer programa de aniversario.
El 19 de marzo de cada año se celebra en nuestro país el día del padre, este programa es un homenaje a todos los padres bolivianos a través de homenajes que músicos de jazz hicieron a sus padres.
Song To My Father – Horace Silver
Los Feliz – Jimmy Haslip
I Knew His Father – Yellowjackets
Like Father, Like Son – Billy Childs
Adios Nonino – Astor Piazzolla
Sometime Ago – Michel Petrucciani
Guidum – Abraham Laboriel
Armando´s Rhumba – Chick Corea
Love Letter (To My Father) – Eddie Gomez
Father – Aziza Mustafa Zadeh
Obi One – Javier Malosetti
After You´ve Gone Javier – Malosetti/Walter Malosetti
En esta sesión escucharemos a diferentes músicos del ámbito del jazz que tuvieron que luchar en su vida contra alguna condición física, intelectual o sensorial (entre otras) que les obligaba a recorrer un largo y sinuoso camino para interactuar y participar plenamente en la sociedad, pero que a pesar de ello, esta situación no fue un obstáculo para que pudieran expresar sus mas profundas sensaciones a través de la música, y en nuestro caso del jazz. La esquizofrenia, el autismo, el enanismo, la ceguera y otras condiciones no los detuvieron en conseguir sus objetivos.
Para la sesión de hoy, iniciando el mes de septiembre, el programa girará alrededor de este mes. Para ello he seleccionado temas que tienen como argumento, de una u otra forma, al mes de septiembre, ya sea en su título o en las sensaciones que para muchos compositores les produjo este mes del año. Mes en el que, en el hemisferio sur del planeta, comienza la primavera, una de las cuatro estaciones que a su vez es una transición entre el invierno y el verano. El término prima proviene de (primer) y vera de (verdor). Astronómicamente, esta estación comienza con el equinoccio de primavera (entre el 20 y el 21 de marzo en el hemisferio norte, y entre el 22 y el 23 de septiembre en el hemisferio sur), y termina con el solsticio de verano (alrededor del 21 de junio en el hemisferio norte y el 21 de diciembre en el hemisferio sur).
Para musicalizar “jazzeramente” el mes de septiembre he elegido cerca de una veintena de temas, abriendo siempre el abanico en los estilos, instrumentos solistas, periodos y nacionalidades.
September Second -Michel Petrucciani
September Song – Sarah Vaughan/Clifford Brown Sextet
En este mes de julio la quinta disminuida cumple catorce años de transmisión y en ese sentido he preparado un programa que será una especie de “gran retrospectiva” y también una evaluación de lo que fue este último año, año de pandemia, de cuarentena, de confinamiento. Año extraño, confuso y triste. Seguro que muchos de ustedes han perdido a un familiar, un amigo, una persona cercana. Este virus también se ha llevado a muchos músicos, acá en La Paz, en Bolivia y en todo el mundo. No son momentos de celebración, ni aquí, ni en ninguna parte del mundo, sin embargo, desde la quinta mi objetivo de compartir música con ustedes puede, por algunos momentos, aliviarnos las penas, curarnos el alma, sanarnos el espíritu, lo dije más de una vez y lo reitero, la música es sanadora.
Cuando hablamos entre nosotros, los humanos, sobre nuestras emociones y estados anímicos, partimos del supuesto de que todos compartimos vivencias similares. No hay nadie que no haya pasado por fases de tristeza, alegría, euforia, serenidad, rabia, melancolía, enamoramiento, desesperanza y otros muchos registros del espíritu. Precisamente porque contamos con ese fondo común de experiencias y sentimientos, no nos cuesta demasiado hablar sobre ello. Si nos dirigimos a un amigo para hablarle de nuestras sensaciones, sabemos que nos entenderá a la primera, sin especial dificultad.
¿Cómo haríamos, sin embargo, para contarle cómo son nuestras emociones a un extraterrestre que llegara a la Tierra con un bagaje totalmente ajeno al de los humanos? ¿Cómo transmitirle a alguien así la forma en que experimentamos los afectos y las pasiones? ¿Cómo explicar qué se siente cuando uno está poseído por la ira o por el entusiasmo?
Recuerdo la impresión que me produjo de joven la lectura de la Ética de Spinoza, sobre todo la parte en la que expone more geometrico, mediante demostraciones lógicas, con sus corolarios, escolios y el QED final, el mapa de los afectos humanos. Se trata de un ejercicio analítico increíblemente ingenioso y potente, pero no transmite la cualidad de la experiencia. Por eso mismo, si el extraterrestre leyera lo que la Ética cuenta sobre la alegría, sería capaz de seguir los razonamientos, pero probablemente no llegase muy lejos en su comprensión al llegar a la definición espinosista: “La alegría es el paso del hombre de una menor a una mayor perfección”.
Si me tocara a mí tratar de mostrarle al extraterrestre en qué consisten nuestras experiencias, dejaría la Ética en el anaquel correspondiente y la sustituiría por un poco de jazz. Le pondría grabaciones de esta música en las que se despliega en toda su complejidad, con sus incoherencias y contradicciones sin fin, el sentir humano.
En esta sesión y gracias a esta magnífica y creativa idea de Ignacio, me animé a ampliar la lista de sensaciones, emociones y sentimientos y preparar un programa al respecto. Espero que lo disfruten
La relación entre los hermanos es siempre muy poderosa e influyente en el caminar de los seres humanos. Esa relación de complicidad que se cultiva de la más tierna infancia entre dos, o más, personas que comparten la vida, define, en muchos casos, la forma como encararemos nuestra vida misma. En la música en general, y en el jazz en particular, la mayoría de las veces sucede que a pesar de tener una misma formación, una misma educación, un ambiente común, etc, uno de los hermanos trasciende más que los otros. En otros casos, los menos, ambos caminos tienen una trascendencia equilibrada, relativamente igual. Hablo de trascendencia, pero también podría usar la palabra éxito.
Esta sesión, que ya la compartí hace algunos años atrás, la vuelvo a poner sobre el tapete para que quienes no lo pudieron hacer, escuchen la magia que se crea cuando los hermanos usan el lenguaje de la música par transmitir sensaciones.
Something Different – The Mangione Brothers Sextet
If I Should Lose You – The Montgomery Brothers
Move To The Groove – The Heath Brothers
Swinging´At The Haven – Marsalis Family
Olvidar – Mike Metheny
Maninha – Tom Jobim/Chico Buarque/Miucha Buarque
Heyoke – The Brubeck Brothers Quartet
Autumn Leaves – Michel Petrucciani/Louis Petrucciani
Two Brothers – Cannoball Adderley/Nat Adderley
On Fire – Katia Labeque/Marielle Labeque
Keepin’ Up With The Joneses – The Jones Brothers
De Manha – Maria Bethania/Caetano Veloso
Hip Bop – Victor Wooten/Reggie Wooten/Joseph Wooten
La música es una de las maneras más sublimes en la que un artista puede mostrarnos su alma permitiéndole expresar sus sentimientos más profundos.
La manera en que un músico lo hace es a través de su instrumento que se convierte en una prolongación, no solamente de su cuerpo sino también de su alma. En base a ello, para este programa he preparado una sesión en la que seremos testigos de conversaciones profundas y charlas emotivas entre dos músicos a través de sus respectivos instrumentos. Algunas conversaciones serán íntimas, otras algo bruscas, muchas románticas, otras tristes, pero todas con mucho swing.
A Night in Tunisia – Charlie Parker/Dizzy Gillespie
Why was I Born? – John Coltrane/Kenny Burrell
Dark Corner – Charlie Hunter/Leon Parker
Sometime Ago – Michel Petrucciani/Tony Petrucciani
Wave – Sylvain Luc/Bireli Lagrene
Close Enough for Love – Brad Mehldau/Fleurine
Me Acostumbre a estar sin Ti – Chucho Valdés/Omara Portuondo
Hace veintinueve años que el jazz dejó de tener un líder, un líder que cambió el curso de esa música cada vez que sentía que se estaba anquilosando y fosilizando, cada vez que sentía la más mínima señal de aburrimiento, cada vez que su trompeta repetía los mismos sonidos. Tal como había destronado al bebop con The Birth of the Cool en 1950 y al cool con Kind of Blue en 1959, volvió a desarmarlo todo en 1969 con In a Silent Way, donde amalgamó el rock el funk y el jazz preparando el camino para cerrar la década con Bitches Brew una propuesta tremendamente radical que desconcertó incluso a sus propios músicos que salieron del estudio convencidos de no haber grabado piezas enteras válidas de música en las tres sesiones de grabación. En Agharta de 1975, hizo algo tan nuevo que hoy todavía no tiene nombre y antes de que terminaran los años ochenta predijo los sonidos de inicios del siglo XXI con Tutu y Amandla. Muchos dicen que sería posible escuchar un tema al día de Miles durante dos décadas sin repetir ninguno, es verdad. Fue un maestro de cuatro generaciones de músicos, por esta razón la pregunta correcta no es quién tocó con Miles, sino quién no ha tocado con él.
En esta sesión escucharemos algunos tributos y homenajes que músicos le dedicaron a Miles en vida y después de su muerte.