Steve Gadd nació un 9 de abril de 1945 en Rochester, Nueva York. Sin lugar a dudas es uno de los bateristas más importantes e influyentes en los últimos 40 años. Y si hablamos de música y no de jazz es básicamente porque la latitud musical de Gadd es tan impresionante que es capaz de tocar prácticamente cualquier estilo. Steve Gadd ha grabado con una gran cantidad de músicos de jazz como Chet Baker, Chick Corea, Michael Brecker, por mencionar simplemente a unos cuantos, pero además también lo ha hecho con grupos y músicos de estilos tan diferentes como Paul Simon, Eric Clapton, Michael Jackson y Frank Sinatra entre muchos otros.
En esta sesión de la quinta disminuida escucharemos a Steve Gadd acompañando a los siguientes maestros del jazz, para cerrar la sesión con un tema de su último álbum solista:
Para la sesión de hoy he preparado un programa relacionado con un instrumento muy importante dentro del jazz, la trompeta. Aunque debo confesarles, que tratándose de instrumentos de viento, yo me quedo con el saxo y de los saxos me quedo con el saxo tenor. Cuestión de gustos. Y para ello, vamos a escuchar en esta sesión una evolución de los estilos de tocar trompeta en el jazz, desde King Oliver hasta Wynton Marsalis y antes de entrar a la última media hora del programa se llevarán una gran e increíble sorpresa, no estoy exagerando ni mucho menos, a mi me sorprendió muchísimo y quiero compartir con ustedes esa sorpresa que hace algunos años movió mis esquemas.
Dipper Mouth Blues – King Oliver
When It’s Sleepy Time Down South – Louis Armstrong
El miércoles 12 de julio de 2017 la quinta disminuida cumplió diez años de transmisión ininterrumpida. Quiero agradecer a Maria Galindo por abrirme las puertas de la radio para compartir con ustedes mi pasión por la música. A Sergio Calero por haber sido la persona que me invitó a formar parte de este sueño. A Idoia Romano por su constante impulso a la quinta y a todas las personas que forman parte de esta casa. La virgen de Los Deseos.
Un agradecimiento especial a Ernesto “Rufo” Durán quien desde los controles hizo que el programa tuviera siempre la calidad y precisión indispensables para brindar a ustedes el mejor sonido posible. Un agradecimiento también a Gabriel Mariaca que fue el impulsor de la quinta disminuida a través de los podcast y del blog. Un gran agradecimiento a Alejandro Gozalves que en la actualidad es la persona que está a cargo del blog y los podcast. También un agradecimiento profundo a mi oyente más fiel durante estos diez años, mi esposa Liset Ascarrunz y por supuesto un gracias enorme, gigante a todas y todos ustedes, los oyentes del programa, que sin su compañía y su apoyo hubiera sido imposible llegar hasta donde llegamos.
Para la sesión de hoy quiero compartir con ustedes un programa que será una especie de retrospectiva, un viaje en el tiempo en el que compartiré algunos momentos particulares de cada sesión. Los programas que elegí no necesariamente son los que más me gustaron, ni los más escuchados, ni los más solicitados. Simplemente son programas que en mi revisión quiero compartir hoy con ustedes.
Según ustedes. ¿El corazón tiene alguna relación con los sentimientos? ¿O es el cerebro el que rige todas nuestras sensaciones? Es conocida la frase “debes decidir con la cabeza y no con el corazón” pero también están las frases que involucran directamente a este órgano como: “cuanto ronden dudas en tu vida debes escuchar a tu corazón”.
“Los sentimientos no se generan en el corazón, sino en el cerebro”. Así de tajantes se muestran los expertos en neurociencia al explicar la esencia del amor, un sentimiento universal, profundo y contradictorio.
En este programa escucharemos temas relacionados al corazón que músicos de jazz interpretan con una altísima sensibilidad. La respuesta si los sentimientos se originan en el cerebro o en el corazón se las dejo a ustedes.
My Foolish Heart – Bill Evans
Coração Vagabundo – Caetano Veloso/Gal Costa
Feelings Of The Heart – Paquito D’ Rivera
Easy On The Heart – Charlie Haden
Paint My Heart Red – Keith Jarrett
How Can You Mend a Broken Heart – Diana Krall
Young At Heart – Tony Williams Trio
Para Machucar Meu Coração – Stan Getz/Joao Gilberto
Estas en mi Corazón – Chucho Valdes
My Spanish Heart – Chick Corea
My Heart Tells Me (Should I Believe My Heart) – Charlie Parker
Esoka (Trust Your Heart) – Richard Bona
I Let a Song Go Out of My Heart – Dizzy Gillespie/Stan Getz
El 1 de junio de 2017 fue una fecha importante para todos los amantes de la música, de todos los géneros y estilos, porque esa fecha (hace cincuenta años) salía al mercado un disco fundamental en la historia del siglo veinte. La obra cumbre de los Beatles, el álbum Sgt. Pepper Lonely Hearts Club Band.
Pedro Aznar, el gran músico argentino opina del Sgt. Pepper que: “Más que un disco de rock, más que una obra musical. Pepper es un manifiesto. La primera canción que se grabó para el álbum terminó no estando incluida, sino que se lanzó por separado en un simple con dos caras A: Strawberry Fields Forever (que traía en su otro lado a Penny Lane). Esa canción define y da marco al rock psicodélico, con iguales dosis de experimentación sonora, poética ligada a imágenes de infancia y guiños cómplices sobre realidades paralelas y estados de conciencia amplificada.
Más allá de (o precisamente por) las implicancias lisérgicas, Pepper fue, por la apertura revolucionaria que representaba, la banda sonora del así llamado “Verano del Amor”, en 1967. Acompañó la explosión del movimiento hippie y el lema de “Paz y Amor”, el rechazo a la cultura del consumismo, el involucramiento político de los estudiantes, las marchas en contra de la guerra de Vietnam, los movimientos de liberación femenina y de las minorías raciales y sexuales. El mundo no sería el mismo. Aquel sonido como venido del centro de la tierra y que explotaba en las estrellas del crescendo orquestal de A Day in the Life marcó el fin de una era de inocencia, que también había sido una era de ignorancia y represión. El larguísimo acorde de innumerables pianos tocando al unísono que lo sigue, era un prolongado orgasmo que anunciaba mejores días por venir”.
En esta sesión de la quinta disminuida, haremos un homenaje a ese maravilloso álbum, contando las historias que están detrás de su grabación, de sus temas y de todo lo relacionado al mismo, pero los temas que escucharemos serán versiones jazzeras de ese álbum y de los predecesores del mismo.
Más de un cuarto de siglo después de la muerte de Miles Davis y Chet Baker, hace pocos meses y después de apariciones en los Festivales de Berlín, New York y Sundance, se estrenaron comercialmente dos películas –“biopics”, como se las conoce– que combinan la imaginación de sus creadores con escenas de la vida personal y artística de ambos músicos. En “Miles ahead” y “Born to be Blue” el canadiense Don Cheadle y el estadounidense Robert Budreau se han confabulado, metafóricamente hablando, a fin de entregar a aficionados y conocedores una suerte de collage de una época y de dos creadores cuyas contribuciones continúan despertando controversias y admiración dentro y fuera del mundo del jazz. Yo vi esas dos películas, en DVD, y se me ocurrió hacer un programa en el que escuchemos a ambos maestros en una especie de mano a mano, sin el más mínimo afán de compararlos – porque no son comparables – simplemente escuchando temas de uno y de otro, y tratando de encontrar algunas coincidencias en su caminar por la música. No es nada fácil hacerlo, hasta parecería que es mejor no hacerlo, pero tratándose de dos músicos fundamentales en la historia del jazz es menester encarar el tema en la quinta disminuida.
El pasado 23 de febrero La Quinta Disminuida transmitió su programa número quinientos. Para tal ocasión convoque a través de las redes sociales que los oyentes del programa sean quienes elijan los temas que desearían escuchar, producto de lo cual llegaron varias sugerencias que hoy comparto con ustedes. Una aclaración: debido a la cantidad de sugerencias que recibí tuve que hacer dos programas, el primero que se publicó en el blog el 14 de marzo y el que subo para que puedan disfrutar de buen jazz…buen jazz elegido por ustedes.
Gracias por acompañarme en todo este caminar dedicado al jazz.
Time Remembered – John McLaughlin
Take Five – Dave Brubeck
Puttin’ On The Ritz – Ella Fitzgerald
Blue In Green – Miles Davis
Minuano – Pat Metheny
Y Aparece Tu Piel – Luis Salinas/Luis Alberto Spinetta
In A Sentimental Mood – John Coltrane/Duke Ellington
El espíritu navideño que impera en estos días en gran parte del planeta, también ha llegado a las sesiones de grabación de discos de jazz, no tengo plena certeza de cual el motivo, supongo que a veces empujado por un productor que quiere sacar unos dólares de más en ventas, o alguna imposición del sello discográfico, y también muchas veces por el simple deseo de un músico de tomar una melodía popular y usarla como vehículo para la improvisación.
En esta sesión de la quinta escucharemos melodías navideñas interpretadas por maestros del jazz.
Les deseo muchas felicidades y que el 2017 esté lleno de sorpresas…y jazz.
Jingle Bells – Duke Ellington & His Orchestra
Christmas In New Orleans – Louis Armstrong with the Benny Carter Orchestra
God Rest Ye Merry Gentlemen – Oscar Peterson
Rudolph The Red-Nosed Reindeer – Ella Fitzgerald
White Christmas – Charlie Parker
The Christmas Song – Carmen McRae
The Christmas Song – Dexter Gordon
Blue Xmas – Miles Davis
Silent Night – Chet Baker
Silent Night – Jimmy Smith
O Christmas tree – Wynton Marsalis
Winter Wonderland – Shirley Horn
Let It Snow – Frank sinatra
Let It Snow – Joe Pass
Santa Claus is Coming to Town – Gerry Mulligan/Dave Brubeck
La música en general, y el jazz en particular, estuvieron siempre presentes a lo largo de toda mi vida acompañando cada momento importante con canciones y temas que hoy son parte de una banda sonora personal. Pero, también es cierto que estos temas que pintan mis días con colores únicos han causado estragos entre quienes fueron sus creadores e intérpretes.
Sea por el estilo de vida, la bebida, la droga, la discriminación, los viajes penosos y los horarios agotadores, la factura que tuvieron que pagar es mucho más elevada que la de quienes se dedican a otros trabajos más tranquilos. De todas formas, el daño producido en los músicos de jazz es tan grande, que uno se pregunta si no habrá algo en el género mismo que exige un tributo terrible a sus creadores.
Es un lugar común en el arte que el trabajo de los expresionistas abstractos los empuja de alguna manera hacia la autodestrucción. Ser el puente de conexión entre un mundo mágico al que pocos tienen acceso y nuestra humana realidad requiere un pago muy elevado. Desgraciadamente, por ello, este género artístico no se hubiera podido desarrollar con esa intensidad emocional que lo hizo sin exigir un enorme tributo humano.
Chet Baker y Stan Getz son apenas dos ejemplos, de los muchos que hay, de músicos que pagaron ese tributo por estar bendecidos con la magia de la música.
All Blues – Chet Baker
My Funny Valentine – Chet Baker
Well You Needn´t – Chet Baker
Summertime – Chet Baker
In Your Own Sweet Way – Chet Baker
Django – Chet Baker
I Fall In Love Too Easily – Chet Baker
People Time – Stan Getz/Kenny Barron
Like Someone in Love – Stan Getz/Kenny Barron
First Song (For Ruth) – Stan Getz/Kenny Barron
Soul Eyes – Stan Getz/Kenny Barron
Softly, as in a Morning Sunrise – Stan Getz/Kenny Barron
Quienes hayan leído a Haruki Murakami saben bien que la música es un elemento imprescindible en la narrativa de este novelista japonés. Un elemento que es tomado familiarmente, cotidianamente, como muchos suelen escuchar música: al lado de nuestras tareas cotidianas, mientras trabajamos, mientras cocinamos, mientras caminamos por la calle, mientras estamos en el trasporte público o al hacer ejercicio.
La música como una compañía en un sentido casi presencial: algo que está ahí y que da un acento especial al instante, que lo vuelve más alegre, que lo melancoliza o quizá que le otorga cierta épica a un hecho aparentemente rutinario o trivial.
La relación que establece Murakami entre la literatura y la música es absolutamente convergente como él mismo lo explica: “Ya sea en la música o en la ficción, lo más básico es el ritmo. El estilo tiene que tener buen ritmo, natural y constante, o la gente no va a seguir leyendo tu obra. Aprendí la importancia del ritmo de la música, fundamentalmente del jazz. Luego viene la melodía, que en la literatura corresponde a la disposición adecuada de las palabras para que coincidan con el ritmo. Si la forma en que las palabras se ajustan al ritmo es suave y hermosa, no se puede pedir nada más. Lo siguiente es la armonía, los sonidos mentales internos que soportan las palabras. Luego viene la parte que más me gusta: la improvisación libre.
A través de algún canal especial, las historias vienen brotando libremente desde el interior. Todo lo que tengo que hacer es entrar en el flujo. Por último viene lo que puede ser lo más importante que es el punto en el que ritmo, melodía y armonía se unifican en lo que se puede llamar la interpretación, el performance. Esto nos genera una sensación de haber logrado llegar a un lugar que es nuevo y significativo. Y si todo va bien, se llega a compartir esa sensación de elevación con los lectores (la audiencia). Todo esto, encajado perfectamente, nos lleva a una culminación maravillosa que no se puede conseguir de ninguna otra manera.
Let´s Get Lost – Chet Baker
Ramona – Benny Goodman
Bloomdido – Charlie Parker/Dizzy Gillespie
No Hay Problema – Art Blakey & The Jazz Messengers
The Jitterbug Waltz – Fats Waller
Move – Stan Getz
When You’re Smiling – Billie Holiday
Minnie the Moocher – C.C. Production «The Blues Brothers»
A Foggy Day – Charlie Mingus
My Foolish Heart – Bill Evans Trio
Singin’ The Blues – Bix Beiderbecke
I’m Coming Virginia- Bix Beiderbecke
Rocks In My Bed – Duke Ellington
These Foolish Things (Remind Me of You) – Ella Fitzgerald