Bienvenidos a una nueva sesión de la quinta disminuida, el programa de jazz que se transmite desde la ciudad más cercana al cielo todos los jueves a partir de las nueve de la noche y se reprisa los sábados a las cinco de la tarde, a través de radio deseo en FM 103.3.
En esta sesión, quiero compartir con ustedes un programa que se originó gracias a los textos de Ignacio Sanchez-Cuenca y que están publicados en la página CTXT. El primero titula “Aristóteles al piano: los cuatro elementos del jazz” y el segundo “El misterio de los emparejamientos en el jazz”.
Los temas e intérpretes que serán parte de esta sesión son los siguientes:
Willow Weep For Me – Art Tatum
Autumn Leaves – Oscar Peterson
Sometimes I’m Happy – Bud Powell
Peace Piece – Bill Evans
Solitude – Duke Ellington
Time In – Dave Brubeck
Ahmad’s Blues – Ahmad Jamal
Speak Low – McCoy Tyner
Reflections – Thelonious Monk
My One And Only Love – Art Tatum/Ben Webster
The Touch Of Your Lips – Oscar Peterson/Ben Webster
But Beautiful – Bill Evans/Stan Getz
Waltz For Debby – Bill Evans/Cannonball Adderley
Ruby My Dear – Thelonious Monk/John Coltrane
In A Sentimental Mood – Duke Ellington/John Coltrane
Self-Portrait (of the Bean) – Duke Ellington/Coleman Hawkins
Todas las sesiones de la quinta disminuida giran alrededor de un eje temático, a través del cual se arman tanto los textos como los temas que elijo para compartir con ustedes. En esta sesión preparé un esquema algo diferente, ya que, de alguna manera, no tendremos un eje temático central, sino que más bien escucharemos a grandes maestros del jazz que fueron descritos con hermosos textos a cargo de importantes críticos de la música, historiadores, periodistas, poetas o simplemente conocedores absolutos del género. Escritos en los que cada uno de ellos, expresó con palabras sus sensaciones y percepciones de músicos de jazz a través de sus obras o temas específicos. Los hermosos textos a los que hago referencia corresponden a Amiri Baraka, Diego Fischerman, Boris Vian y Mariche Huertas de La Cámara.
En esta sesión quiero compartir con ustedes una temática que (desde diferentes ángulos) ya la abordé en programas anteriores. Los standards del jazz. Los programas en los que escuchamos standards tuvieron los siguientes enfoques:
Los nuevos standards del jazz (temas del pop, del rock, del blues, del folklore, etc que dada su estructura, su melodía y demás son interpretados por músicos de jazz)
Saxos tenor en Baladas standards
Standards y Bossas (intercalando brasileños tocando standards y norteamericanos tocando Bossas)
Los veinte más conocidos standards en el Olimpo del jazz
Baladas standards en todos los colores (el mismo tema con diferentes instrumentos)
Un mano a mano entre un hombre y una mujer interpretando standards.
Y…seguro que algunos más. Sin embargo, para la sesión de hoy traté de enfocar el tema de manera diferente. Les digo cuáles serán las características del programa de hoy.
Primero: Todos son standards del jazz y uno de la Bossa.
Segundo: Todos son parte del libro de Ted Gioia titulado: “El canon del Jazz los 250 temas imprescindibles”.
Tercero: Escucharemos el mismo standard dos veces, pero, el mismo tema lo escucharemos en dos interpretaciones con el mismo instrumento, donde ambos temas se lleven casi medio siglo de diferencia en su grabación y que además los interpretes también se lleven casi medio siglo (en la mayoría de los casos) en su edad y además cada “mano a mano” será similar en el género (hombre-hombre/mujer-mujer) y también en el pigmento de la piel, blanco-blanco, y…marrón-marrón) en la mayoría de los casos.
Hay historias que siempre me gusta contar. Algunas se utilizan simplemente para hacer dormir a los niños o para conquistar a las chicas. Otras son más modestas, pero no por ello menos apasionantes, sobre todo porque suelen ser reales, como la del músico que hoy será el eje central del programa, que tiene un nombre difícil de pronunciar y reconocer llamado Bona Pinder Yayumayalolo pero que en occidente se dio a conocer como… Richard Bona.
Haremos, a vuelo de pájaro, un viaje discográfico lo más completo posible, tanto a través de su obra solista como también de su participación con grandes músicos, para que, de esta manera, ustedes puedan tener una idea clara de su caminar y disfrutar del arte de este bajista, cantante, compositor y multi-instrumentista nacido en una aldea de chozas en Minta, una pequeña localidad del Camerún oriental.
El programa de hoy responde a la solicitud de mi amiga virtual Cecilia Gora que escucha el programa desde la ciudad de Buenos Aires y que sugirió, entre varios temas, poder escuchar a músicos de jazz japoneses. Ahora bien, algunas aclaraciones y puntualizaciones, no analizaré el desarrollo del jazz en Japón, ni tampoco escucharemos propuestas en la que los músicos fusionen música tradicional japonesa con el jazz, más allá de que, seguramente, en la lista de músicos que escucharemos hoy varios tienen en su ADN elementos propios de su cultura que los utilizan al momento de su interpretación o improvisación. Y, finalmente, la lista de músicos es bastante extensa, por lo que seleccioné a algunos de ellos tratando de abarcar a los diferentes instrumentos (aunque les adelanto que predominarán pianistas)
Diego Fisherman en su columna del periódico argentino página 12 dice de él que: Fue uno de los cantantes populares más famosos y, también, el más discutido. Curiosamente no se lo discutía por lo que hacía sino por no hacer lo que no hacía. El 17 de marzo de este 2019 se recordó el centenario de su nacimiento; murió mucho antes, a los 45 años, de cáncer de pulmón. Fue el primer negro que tuvo un programa de televisión propio, el primero que vivió como millonario en un barrio de blancos y el primero que, siendo músico de jazz, decidió no serlo. Fue un pianista extraordinario y el fundador de un trío extraño -piano, contrabajo y guitarra eléctrica- que marcaría a fuego, entre otros, al gran Oscar Peterson. Pero se dedicó a cantar, y los críticos norteamericanos, entre quienes había muchos más fundamentalistas del jazz que fans de la canción popular, no se lo perdonaron jamás.
Es cierto: en su obra hay bazofias. Algún coro ampuloso. Algunas cuerdas de más. El involuntario dúo post-mortem con su hija Natalie. Y, por supuesto, el imperdonable castellano de “Quizás, quizás, quizás”. Pero por sobre todo, está la única voz verdaderamente merecedora de un adjetivo tan impreciso y bastardizado como “aterciopelada”, un fraseo exquisito y una precisión paralizante en la manera de jerarquizar y hacer memorables algunas palabras dentro de textos, en general, bastante olvidables.
Esta sesión de La Quinta Disminuida estará dedicada a Nathaniel Adams Coles, más conocido como Nat King Cole.
Straighten Up and Fly Right – The King Cole Trio
Body And Soul – The King Cole Trio
How Does It Feel – The King Cole Trio
I Cover The Waterfront – Lester Young
Blues In My Shower – Nat King Cole
It’s Only a Paper Moon – Nat King Cole
Smile – Nat King Cole
Just One Of Those Things – Nat King Cole
Sweet Lorraine – Nat King Cole
Stompin’ at the Savoy – Nat King Cole
(Get Your Kicks on) Route 66 – Nat King Cole
Mood Indigo – Nat King Cole
September Song – Nat King Cole/George Shearing
Little Girl Blue – Oscar Peterson
You’re Lookin’ at Me – Carmen McRae
Bop Kick – Kirk Lightsey
Exactly Like You – Frank Sinatra/Nat King Cole
Gee Baby, Ain’t I Good to You – Diana Krall
I’m Gonna Sit Right Down and Write Myself a Letter George Benson
(Get Your Kicks on) Route 66 – Natalie Cole
Easy To Remember – Freddy Cole
Nat King Cool – John Pizzarelli
L-O-V-E – Gregory Porter
The Girl from Ipanema – Nat King Cole/Gregory Porter
Cada 30 de abril se celebra en diferentes ciudades del planeta el Día internacional del jazz, que este año tendrá como sede la ciudad de Melbourne, en Australia. Ciudades como Washington, Nueva York, Estambul, Osaka, La Habana, San Petesburgo y París, fueron la sede en anteriores años. Más allá de ello, este evento se realiza en más de 195 países alrededor del mundo, en los que se presentan no solamente conciertos, sino también muestras de fotografía, exposiciones de cuadros, charlas magistrales, conversatorios, talleres, etc. todo esto en coordinación entre el Embajador nominado por la UNESCO Herbie Hancock y el Thelonious Monk Institute of Jazz.
La celebración de esta jornada tiene como objetivo sensibilizar al público en general sobre las virtudes del jazz como herramienta educativa y como motor para la paz, la unidad, el diálogo y el refuerzo de la cooperación entre pueblos. Los gobiernos, las instituciones educativas y la sociedad civil que participan en la promoción del jazz aprovechan esta oportunidad para difundir la idea de que el jazz no es sólo un estilo de música, sino que también contribuye a la construcción de sociedades más inclusivas.
Este año, la ciudad de La Paz, también se une a la celebración con un concierto en el que participarán importantes grupos del país abarcando gran cantidad de estilos que forman parte de este género.
El jazz, es más que simplemente una música, es un mensaje universal de paz que armoniza ritmo y significado, transmite valores significativos para cada mujer y cada hombre y ofrece oportunidades únicas para el entendimiento mutuo, mediante la escucha, la interpretación y la improvisación. Este espíritu ha inspirado a músicos, poetas, pintores y escritores de todo el mundo, y nos recuerda que la cultura es mucho más que entretenimiento. Este es el motivo por el que la UNESCO creó el Día Internacional del Jazz.
El jazz evoca el poder de la música para construir la paz y reunir a personas de todas las culturas y orígenes. La historia del jazz se asienta en una prodigiosa mezcla de pueblos y culturas, de África, Europa, el Caribe y América.
En este programa entrevistaremos a un músico boliviano que es uno de los impulsores de esta celebración en Bolivia.
Butterflies Fly In Pairs – A Bu
Popó – Chico Pinheiro
Wandering – Tineke Postma
All Of You – Jane Monheit
Alone Together – Mark Nightingale
Teen Town – Frecuencias Bajas
You´ve Got It Bad Girl – Herbie Hancock
I’ve Found a New Baby – Joe Venuti/Eddie Lang
Bach Improvisation – Reinhardt/Grappelli/Eddie South
Jattendrai Swing – Grapelli/Reinhardt/Hot Club De France
Don’t Get Around Much Anymore – Duke Ellington/Svend Asmussen
Kind Of Blue es el mejor disco de jazz de la historia. Puede sonar pretencioso o exagerado. Lo es. Es el mejor disco de jazz de la historia. (Félix Amador)
Miles Davis es el Chamán que oficia la ceremonia, pero el grupo de oficiantes es sencillamente extraordinario. Un todavía no tocado por las drogas Bill Evans (y cuando lo tocaron continuó regalando música sublime) un concentrado y honesto John Coltrane, que rebajó su status de líder para ponerse a las ordenes de otro jefe, un robusto Cannonball Adderley (en su sonido y en su físico), un Paul Chambers impecable en el imprescindible trabajo de construir los cimientos de la música y Jimmy Cobb al mando de una maquina dotada de movimiento uniforme y sensible.
Kind Of Blue fue la confluencia de muchas inspiraciones. Por un lado el novedoso estilo frío y tranquilo de tocar jazz, más íntimo, menos notas y más silencios, en un deseo vehemente de creación sonora espacial. Por otro lado, la obsesión de Miles de hacer tocar a sus músicos más allá de sus límites. Y también aparecía la música de Rachmaninoff y de Ravel, sutilmente impregnada en cada tema, que había llegado bajo el brazo del nuevo pianista, Bill Evans. Más que los standards que aportó este álbum al repertorio jazzístico como «So What» y «All Blues» y otras tres piedras preciosas difíciles de pasar por alto como «Freddie Freeloader», «Blue In Green» y «Flamenco Sketches», resulta interesante observar cómo la trompeta de Miles y los saxos de Coltrane y Cannonball, a pesar de sus diferentes estilos, encajan en una coherencia musical que otorgan a Kind Of Blue un carácter único. Toda esa tensión creativa y explosiva de los tres bronces, está amarrada por las cuerdas del contrabajo de un Chambers en plena madurez, mientras que Cobb aparece desde el fondo como intérprete superior en el soporte. Se trataba de una banda con un nivel difícilmente repetible, que fue la que plasmó la leyenda de crear esta obra prácticamente en una sola toma.
Kind Of Blue representa el momento de gloria absoluta de Miles, quien tuvo bajo su liderazgo a los mejores músicos del momento, la iluminación necesaria, la edad de mayor fortaleza física, y aquel distintivo talento innovador que, finalmente, lo llevaron a crear semejante belleza. Su figura misteriosa, redobló el atractivo del álbum. Aunque antes y después de 1959 Miles Davis gestó revoluciones en el jazz, casi resulta imposible dejar de escuchar esta obra antes de introducirse de lleno en el resto de la música moderna. Quincy Jones, llega a afirmar que en un hipotético caso en el que desapareciera de la capa de la tierra todo rastro de la música de jazz, bastaría con tener Kind of Blue para poder explicar todo el género. Es cierto.
Porque cambió mi percepción del jazz. Porque forma parte de la banda sonora de mi vida. Porque me hace un poco más feliz. Porque cada nota tiene sentido. Porque desafía mi inteligencia. Porque en la iglesia del jazz es una reliquia sagrada, quiero compartirlo con ustedes a través de una mirada diferente en la que primero escucharemos lo que estaban haciendo todos los integrantes del sexteto antes de la grabación de esta obra maestra, para en la segunda parte del programa sumergirnos de lleno a…esa Especie de Melancolía.
All Of You – Miles Davis Quintet
You and the Night and the Music – Bill Evans Trio
I Got Rhythm – Paul Chambers Quintet
Grand Central – Cannonball Adderley Quintet
Willow Weep For Me – Wynton Kelly Trio
Giant Steps – John Coltrane Quintet
Blues For Pablo – Miles Davis Quintet/Gil Evans Orchestra
Cuando en el mes de diciembre solicite a los seguidores del programa que sugirieran temas o programas que quisieran que aborde en la Quinta, recibí una gran cantidad de mensajes con temas, músicos, estilos, etc. El programa de hoy lo preparé para quienes sugirieron dedicar la sesión, al jazz que se hace en Bolivia.
Haciendo un viaje rapidísimo, podemos decir que la historia del jazz en el país se consolida en la década de los 60 con el primer festival del género en La Paz. Desde entonces los artistas bolivianos buscan crear un estilo propio que aporte al contexto musical internacional.
El proceso de consolidación del jazz en Bolivia se inicia el 30 de mayo de 1968, cuando un grupo de músicos, liderados por Johnny Gonzales, y movidos por la pasión a la música negra, más que por su conocimiento musical del género, realizaron el primer festival de jazz en el Teatro 16 de Julio de La Paz. Desde entonces, los músicos bolivianos buscan crear una identidad que diferencie a la música boliviana de las tendencias mundiales.
En esta sesión de La Quinta Disminuida no pretendí realizar un viaje dialéctico-cronológico, sino más bien presentar a ustedes lo que se puede llamar la nueva generación del Jazz en Bolivia, que, si todo continúa con el ímpetu actual, me atrevo a decir que dentro de un periodo no muy largo, podríamos ser testigos de un desarrollo importante del jazz en Bolivia.
En la historia de la humanidad, siempre ha habido años especiales, años diferentes, años que por una u otra circunstancia, se convierten en referentes, sea en la literatura, en la pintura, en las ciencias y por supuesto, en la música.
Estos años especiales, diferentes, definen inclusive la característica de toda una década.
El gran año de la década de 1960, por lo menos para el jazz, fue 1959. Es decir, esa cierta idea de modernidad, de ruptura entendida como una de las bellas artes, y de vanguardia asociada al valor que sería, para siempre, el sello de la época, cristalizó ese año en algunos de los discos más importantes de todo el género. Un género, claro, inseparable de las nociones de cambio y originalidad, de sonido propio y de riesgo estético. Kind of Blue de Miles Davis, Giant Steps de John Coltrane, Mingus Ah Um de Charlie Mingus, Pyramid del Modern Jazz Quartet, The Shape of Jazz to Come, de Ornette Coleman, y Time Out, del cuarteto de Dave Brubeck, son algunos de ellos que definitivamente marcaron un cambio.
Sin embargo, ese mismo año Ella Fitzgerald y su revisión del songbook de George y Ira Gershwin, Anatomy Of A Murder una banda sonora de Duke Ellington, Blowin’ the Blues Away de Horace Silver, Portrait of Jazz del trío de Bill Evans y finalmente, otra obra de Miles bautizada como Sketches of Spain, fueron también fundamentales en ese año, que, con absoluta seguridad es la mejor cosecha de la historia del jazz, desde sus inicios a principios del siglo XX, hasta la actualidad. Ningún año fue tan, pero tan importante como 1959.