La sesión que hoy comparto con ustedes es producto de una charla jazzero-musical con un entrañable amigo de muchos años, que posee, entre algunas de sus virtudes, una gran sensibilidad musical que no solamente se circunscribe al mundo del jazz sino de la música en general. Gran conocedor de la obra de Bob Dylan, fue parte de la quinta disminuida cuando hace algo más de un año, en julio de 2020, exploramos las cercanías-lejanías de Robert Allen Zimmerman con el jazz y del jazz con este maestro premio Nobel de literatura. (https://www.quintadisminuida.com/?p=1231)
Esta sesión, es un mano a mano que les aseguro les será absolutamente disfrutable.
In Case You Missed It – Art Blakey & Jazz Messengers
Bienvenidos a la primera quinta de este 2021. Muchas gracias por su sintonía, por su compañía, por su compromiso y por el cariño que le tienen a este programa de jazz que se transmite desde la ciudad de La Paz. Primero que nada, quiero desearles que tengan un excelente 2021, un año que tiene como antecedente al año más atípico y extraño en la última centuria del planeta tierra.
Muchas gracias también por su activa participación en las redes sociales en las que, sin complejos ni prejuicios, interactuamos constantemente. Justamente producto de estas interacciones, ustedes fueron responsables de los temas que escuchamos el 24 y 31 de diciembre de 2020 y también lo serán de la primera hora de este primer programa del año. La segunda parte del programa la dedicaremos a escuchar temas que tienen como centro de su propuesta temática a uno de los aspectos más importantes para encarar este 2021…la esperanza.
Loverman – Charlie Parker
Joy Spring – Clifford Brown
There is no Greater Love – Gene Ammons
Christmas in Rio – Stanley Clarke
Taquirari Experimental para un amigo – Sol Simiente Sur
Alma – Roberto Morales
Children of Sanchez – Chuck Manggione
The Song of Hope – Avishai Cohen
Esperança – Peter Erskine Trio
Rhythms of Hope – Jean-Luc Ponty
Esperanza – Jon Lucien
Yearning – Brad Mehldau
Living Hope – Dominique Di Piazza
Glimmer of Hope – Marcin Wasilewski Trio/Joe Lovano
Cada 30 de abril se celebra en diferentes ciudades del planeta el Día internacional del jazz, que este año tendrá como sede la ciudad de Melbourne, en Australia. Ciudades como Washington, Nueva York, Estambul, Osaka, La Habana, San Petesburgo y París, fueron la sede en anteriores años. Más allá de ello, este evento se realiza en más de 195 países alrededor del mundo, en los que se presentan no solamente conciertos, sino también muestras de fotografía, exposiciones de cuadros, charlas magistrales, conversatorios, talleres, etc. todo esto en coordinación entre el Embajador nominado por la UNESCO Herbie Hancock y el Thelonious Monk Institute of Jazz.
La celebración de esta jornada tiene como objetivo sensibilizar al público en general sobre las virtudes del jazz como herramienta educativa y como motor para la paz, la unidad, el diálogo y el refuerzo de la cooperación entre pueblos. Los gobiernos, las instituciones educativas y la sociedad civil que participan en la promoción del jazz aprovechan esta oportunidad para difundir la idea de que el jazz no es sólo un estilo de música, sino que también contribuye a la construcción de sociedades más inclusivas.
Este año, la ciudad de La Paz, también se une a la celebración con un concierto en el que participarán importantes grupos del país abarcando gran cantidad de estilos que forman parte de este género.
El jazz, es más que simplemente una música, es un mensaje universal de paz que armoniza ritmo y significado, transmite valores significativos para cada mujer y cada hombre y ofrece oportunidades únicas para el entendimiento mutuo, mediante la escucha, la interpretación y la improvisación. Este espíritu ha inspirado a músicos, poetas, pintores y escritores de todo el mundo, y nos recuerda que la cultura es mucho más que entretenimiento. Este es el motivo por el que la UNESCO creó el Día Internacional del Jazz.
El jazz evoca el poder de la música para construir la paz y reunir a personas de todas las culturas y orígenes. La historia del jazz se asienta en una prodigiosa mezcla de pueblos y culturas, de África, Europa, el Caribe y América.
En este programa entrevistaremos a un músico boliviano que es uno de los impulsores de esta celebración en Bolivia.
Butterflies Fly In Pairs – A Bu
Popó – Chico Pinheiro
Wandering – Tineke Postma
All Of You – Jane Monheit
Alone Together – Mark Nightingale
Teen Town – Frecuencias Bajas
You´ve Got It Bad Girl – Herbie Hancock
I’ve Found a New Baby – Joe Venuti/Eddie Lang
Bach Improvisation – Reinhardt/Grappelli/Eddie South
Jattendrai Swing – Grapelli/Reinhardt/Hot Club De France
Don’t Get Around Much Anymore – Duke Ellington/Svend Asmussen
A finales de los años sesenta, el jazz necesitaba encontrar nuevas sendas creativas después de la prematura muerte de John Coltrane en 1967 y el punto sin retorno alcanzado por el Free Jazz. Es entonces cuando Miles Davis comienza la preparación de un elixir mágico, una poción de brujas, su álbum “Bitches Brew”. La idea ya la venía masticando desde principios de 1968 con la introducción de un piano eléctrico en su banda. Todos los ingredientes se consolidarían un 18 de febrero de 1969 cuando con un octeto entraría al estudio para registrar el álbum “In A Silent Way”. En estos dos álbumes Miles había convocado a los más jóvenes y lucidos alquimistas de la época. Entre los elegidos estaban, Joe Zawinul, Chick Corea, Larry Young, John McLaughlin, Herbie Hancock, Wayne Shorter, Lenny White, Jack DeJohnnete, Dave Holland, Miroslav Vitous y Billy Cobham entre muchos otros. Todos músicos jóvenes, obviamente mucho más jóvenes que él que había cumplido 43 años. Los mayores eran Wayne Shorter de 36 y Herbie Hancock de 29 y que ya venían de tocar con Miles en su segundo gran quinteto.
En este programa escucharemos a estos maestros que con las enseñanzas del “Gran Chamán” querían provocar una nueva revolución en al jazz.
Antes de empezar el programa le dedico unos minutos a la gran pérdida que sufrió el jazz cuando el primero de octubre de 2018 partió de este mundo el trompetista y conguero Jerry Gonzáles
Existe una vieja historia de la tradición entre los violinistas franceses que comenzó con Michel Warlop, una de las primeras estrellas francesas en el arte de tocar el violín que acompañó a cantantes como Maurice Chevalier y Germaine Sablon a mediados de los años treinta que también trabajó junto a Stephane Grappelli y Django Reinhardt. Esta conocida historia del violín cuenta que en 1937 Michel Warlop regaló su instrumento a Stephane Grapelli. Este pasaría el testigo, años más tarde, a Jean-Luc Ponty y en 1979 ambos tomaron la decisión de que debía llegar a las manos del entonces muy joven Didier Lockwood, es por eso que cuando uno escucha a Didier siente que en su instrumento está toda la historia del violín jazzístico y también su profundo acercamiento a la tradición clásica europea.
El 18 de febrero de 2018, ese violín quedó huérfano y este programa es un homenaje a este gran maestro francés del violín.
Sin lugar a dudas Allan Holdsworth fue uno de los mejores guitarristas de jazz y de rock progresivo. Ha sido citado muchas veces como influencia por varios guitarristas eléctricos. Su forma de tocar la guitarra lo convirtió en uno de los guitarristas más innovadores de todos los tiempos, a él hay que reconocerle una gran habilidad para improvisar solos y esculpir la voz de la guitarra en una creciente gama de texturas y colores. Avalado esto por la experiencia de haber comenzado el estudio de la guitarra y posteriormente el violín, comprendiendo texturas varias que se obtienen en el terreno de los instrumentos de cuerda.
Desde el principio de su carrera, Holdsworth trató de imitar con la guitarra el fraseo de John Coltrane y las estructuras armónicas de Debussy, logrando con el tiempo un estilo único en cuanto al nivel técnico y expresividad. Su capacidad para improvisar sobre acordes complejos y desafiantes siempre reveló una profunda base emocional y una personalidad fuerte e imaginativa, identificable al instante.
El domingo 16 de abril partió de este mundo este gran guitarrista que a pesar de estar siempre a la vanguardia fue, de alguna forma, subvalorado. Este programa en su integridad va dedicado a él a través de un viaje por su carrera musical tanto como solista como también como miembro de diferentes grupos.
Land Of The Bag Snake – Soft Machine
Protocosmos – Tony Williams Lifetime
Beelzebub – Bill Bruford
Nostalgic Lady – Jean Luc Ponty
Sly Money – Soft – Machine
Stories To Tell – Stanley Clarke
Moon – Andrea Marcelli
Baker’s Treat – SoftWorks
Devil Takes The Hindmost – Holdsworth/Haslip/Husband
En esta sesión recordaremos a algunos músicos del ámbito del jazz que dejaron este mundo el pasado 2016. Algunos de ellos tuvieron un programa especial, otros nunca sonaron en nuestras sesiones, más allá de ello, esta es una oportunidad para rendirles un homenaje a través de los siguientes temas de los que fueron parte, ya sea como líderes o como acompañantes.
Harlem – Paul Bley
Song For My Father – Ramsey Lewis Trio
Eleanor Rigby – Oscar Peterson
Bumpin’ on Sunset – Wes Montgomery
Estupenda Graca – Pat Metheny
All Blues – Ernestine Anderson
Last Kiss – Gato Barbieri
Easy On The Heart – Charlie Haden Quartet West
What´s New – Bill Evans/Jeremy Steig
Memories For Scotty – Don Friedman
(I Loves You) Porgy – McCoy Tyner/Bobby Hutcherson
Cuando se iniciaba la década de los años cuarenta, Duke Ellington decidió excederse de los aproximadamente tres minutos habituales que duraba un tema y además corrió el riesgo de introducir un cambio mucho más estructural relacionado con un pulso rítmico irregular. La obra en cuestión era “Black, Brown & Beige”. Los ortodoxos no tardaron en protestar por estos cambios, pero más aún, la revista especializada en jazz Down Beat tuvo la desacertada conclusión de decretar la muerte del género a través de la simple frase: “No hay beat y si no hay beat no hay jazz”. Añadía a esta lapidaría conclusión que: “Ellington se toma diez minutos para decir mal lo que habitualmente dice bien en tres”. Tal vez no fue la primera vez y, con seguridad, no fue la última. El bebop y sus armonías complejas y ritmos frenéticos, el free-jazz y su liberación de todas las estructuras y la electrificación que introdujo en el jazz Miles Davis, en sus obras “In a Silent Way” y “Bitches Brew”, también significaron para muchos, la muerte del jazz. Sin embargo, muchos somos conscientes de que todo ocaso es un amanecer en otra parte y que no hay final que no signifique un comienzo. El jazz, es más un alfabeto que un lenguaje, e incluso es un cierto modo de organizar alfabetos.
Desde mi punto de vista, el jazz en esencia, en espíritu, es una actitud hacia la música que no repara en fusionarse con cuanto ritmo se sienta identificado para intentar descubrir nuevos sonidos, en una búsqueda constante de nuevas fuentes, y el resultado no siempre es el esperado ni el mejor. Muchas veces suele cruzar las barreras y correr riesgos al separarse de la corriente con el consiguiente rechazo y desplazo de la consideración de los expertos y fanáticos, aunque en contados casos el reconocimiento y la valoración de “genialidad” suelan venir tiempo después. Una de las últimas “traiciones” destinada a mantenerlo con vida, heredera como tantas otras de alguno de los miles de Davis existentes, se llama electrojazz.
En esta sesión de la quinta disminuida escucharemos en la primera parte la propuesta de algunos de los “Apóstoles de la fusión” para en la segunda introducirnos de lleno al Nu-Jazz, al electrojazz y todas las formas que se derivan de estos conceptos.