Quinientas Quintas – Parte I

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El pasado 23 de febrero La Quinta Disminuida transmitió su programa número quinientos. Para tal ocasión convoque a través de las redes sociales que los oyentes del programa sean quienes elijan los temas que desearían escuchar, producto de lo cual llegaron varias sugerencias que hoy comparto con ustedes. Una aclaración: debido a la cantidad de sugerencias que recibí tuve que hacer dos programas, este que comparto hoy con ustedes, y el próximo que en un par de días lo subiré al blog para de esta forma abarcar la totalidad de sus temas.

El viaje musical que se estableció en base a las sugerencias fue amplio, diverso y variado que estoy seguro que será del agrado de todos.
Gracias por acompañarme en todo este caminar dedicado al jazz.

  • Bubba – Larry Coryell/Steve Smith/Tom Coster
  • Livery Stable Blues Original – Dixieland Jazz Band
  • Round Midnight – Thelonious Monk
  • Tenderly – Ella Fitzgerald/Louis Armstrong
  • My Favorite Things – John Coltrane
  • La Culpable – Tiahuanacu Brass
  • Cementerio de Elefantes – Roberto Morales
  • Forever Green – Tom Jobim
  • Cuando Vuelva a Tu lado – Gato Barbieri
  • Behind The Rain – Gato Barbieri
  • Goin’ Back To New Orleans – Dr. John
  • Children Of Sanchez – Chuck Mangione
  • Terminal 7 – Tomas Ztanko
  • I’ve Got You Under My Skin – Frank Sinatra
  • Continuum – Jaco Pastorius
  • You’ve Changed – Keith Jarrett
  • The Lady Is A Tramp – Tony Bennett/Lady Gaga
  • Ai Pare – Carles Benavent

Esto lo estoy tocando mañana: El Perseguidor

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Pocos escritores están tan relacionados con el mundo del jazz como Julio Cortázar, hasta el punto de que su escritura, tanto argumental como estructuralmente, se encuentra ampliamente influenciada por esta música. Su estilo literario se aleja de la composición temática para dejarse llevar por la improvisación, por la capacidad de planear sobre un tema de forma ininterrumpida, y por la búsqueda de una voz interior que intenta evitar los discursos preestablecidos y otorga protagonismo a los estados mentales.

El perseguidor se publicó en 1959 dentro del libro de relatos Las armas secretas (debido a su gran éxito, en 1967 se reeditó dentro de El perseguidor y otros relatos) y cuenta la vida de Johnny Carter, un nombre que probablemente haya sido tomado de dos de los grandes saxos de la historia (Johnny Hodges y Benny Carter) pero una obra dedicada en realidad a Ch. P.

Podemos extraer, al menos, dos lecturas del relato. En primer lugar, y la más evidente, es considerarlo una ficción basada en los últimos días de Charlie Parker. La segunda, más filosófica, es la que nos habla del concepto Tiempo, un tema recurrente en la obra de Cortázar y, quizás, su máxima obsesión.

Esa primera lectura, la que se puede considerar una biografía, prescinde de los nombres reales: Charlie Parker se convierte Johnny Carter, Chan es ahora Lan, su hija muerta Bee, se convierte en Pree, y la baronesa Pannonica de Koenigswarter recibe el nombre de marquesa Tica. En la historia se mencionan las temporadas que pasó Parker en los hospitales mentales de Camarillo y Bellevue, el incendio de la habitación de un hotel, se recrea la desastrosa y famosa grabación de Lover Man (aquí titulada Amorous) y, en general, fragmentos de realidad en forma de puzle que nos muestran el estilo de vida “diferente” del saxofonista, y que concluye con su muerte con un ataque de risa frente a un televisor.

La otra lectura es aquella en la que el concepto Tiempo aparece constantemente en la historia, sobre todo en las primeras páginas donde nos encontramos frases como: tú no haces más que contar el tiempo o Seguía haciendo alusiones al tiempo, un tema que le preocupa desde que le conozco, he visto pocos hombres tan preocupados por todo lo que se refiere al tiempo. Para Johnny el tiempo es algo maleable, indefinido, inconsistente, variable (¿Cómo se puede pensar un cuarto de hora en un minuto y medio?), una forma de vida alternativa a la del mundo que le rodea: Esto lo estoy tocando mañana, dice en una de las mejores frases del libro. Todas estas ideas suponen que el concepto temporal del protagonista sea completamente diferente al del resto de humanos. La música es tiempo y si Johnny ve el tiempo de otra forma, también verá la vida, y por tanto la música. Su historia es la de una lucha constante en un mundo que no le entiende, lo que lo convierte en un perseguidor, en un alma que busca algo que cree que existe, pero que no sabe si algún día encontrará.

El otro protagonista de la novela es Bruno, escritor y reportero de la revista Jazz Hot, que al contrario que Carter, vive en el tiempo presente y cronológico, en el tiempo racional de las agujas del reloj y es, por tanto, un hombre apegado a la realidad cotidiana, preocupado por la hora, por el éxito de su libro, por cosas racionales. Sin embargo, esa racionalidad es un perfecto contrapunto para que Bruno nos dé a conocer la realidad física del jazz: los lugares, los ambientes, la historia… aunque al final, como casi todos los críticos, y a pesar de haber escrito un gran libro, es incapaz de expresar con palabras el lenguaje musical de Johnny, algo que solo puede explicar su música.

Texto de Ángel González Rodríguez

  • Now’s The Time – Charlie Parker
  • Koko – Charlie Parker
  • Loverman – Charlie Parker
  • Bebop – Charlie Parker
  • Relaxin at Camarillo – Charlie Parker
  • A night in Tunisia – Charlie Parker/Dizzy Gillespie
  • Dizzy Atmosphere – Charlie Parker/Dizzy Gillespie
  • Parker’s Mood – Charlie Parker
  • Cardboard – Charlie Parker
  • K.C. Blues – Charlie Parker
  • Leap Frog – Charlie Parker/Dizzy Gillespie
  • Ah Leu Cha – Miles davis
  • Au Privave – Cannonball Adderley
  • Donna Lee – Jaco Pastorius
  • Confirmation – Chick Corea
  • Ornithology – Bireli Lagrene
  • Moose the Mooche – Joshua Redman
  • Billie’s Bounce – Keith Jarrett
  • Now’s The Time – Herbie Hancock/Kenny Burrell

El juego jazzero de Julio Cortazar: Rayuela

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Cortázar amaba el jazz porque “era una música que permitía todas las imaginaciones”. ¿Se puede trasladar esto a la literatura? La respuesta es sí y Rayuela es el mejor ejemplo de esto. No sólo está llena de imágenes y sonidos del jazz, sino que es en sí una impresionante jam session donde el argumento es sólo un pretexto para improvisar, para ir re-creando, cambiando de escala según viene al caso, insertando notas disonantes si le apetece. Es una novela que el mismo autor propone que se lea siguiendo el índice o desordenadamente, en realidad son varias novelas en una.

En Rayuela en los capítulos 10 al 18, se relatan las increíbles y fantásticas sesiones musicales o “discadas” en las que un grupo de amigos denominado “Grupo de la Serpiente” se reunía para escuchar música junto con una conversación filosófico-orientalista que discurría sobre una alfombra musical en la que con absoluta naturalidad Cortázar recurría a su enciclopedismo musical.

Para esta sesión musicalizaremos los textos de Rayuela, de los capítulos mencionados, en los que se hace mención a un músico o a un tema específico que cada uno de los miembros elegía para ser escuchado, y posterior a ello, escucharemos ese tema.

  • I´m Coming Virginia – Frank Trumbauer
  • Jazz me Blues – Bix Biederbecke
  • Four O’Clock Drag – Kansas City Six
  • Save it Pretty Mama – Lionel hampton
  • Good Bait – Dizzy Gillespie
  • Baby Doll – Bessie Smith
  • Don’t you play me Cheap – Louis Armstrong
  • See see Rider – Big Bill Broonzzy
  • Junker’s Blues – Champion Jack Dupree
  • Get Back – Big Bill Broonzzy
  • Hot and Bottered – Duke Ellington
  • I Don’t Mean a Thing – Duke Ellington
  • I Aint’t Got Nobody – Earl Hines
  • Mamie’s Blues – Jelly Roll Morton
  • Stack O’Lee Blues – Warnings Pennsylvanians
  • Oscar’s Blues – Oscar Peterson
  • Body and Soul – Coleman Hawkins
  • Empty Bed Blues – Bessie Smith
  • Round Midnight – Thelonious Monk
  • Toco tu boca – Julio Cortazar/Keith Jarrett

Aquel 25 de Junio de 1961

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Fue un 25 de junio de 1961, hace 55 años, que la magia se hizo música. Fue en el Village Vanguard de Nueva York, donde el trío de Bill Evans, con Scott LaFaro al contrabajo y Paul Motian a la batería, fue capaz de crear una música que impregnó hasta el último rincón del local permitiendo a los tres músicos tocar el cielo a pesar del constante tintineo de los vasos y de los  rumores amortiguados del público. Lo sucedido en esa tarde/noche de domingo, es el testimonio imperecedero de un trío maravilloso en el que todos sus integrantes tenían algo que decir a través de su instrumento. La imagen de Bill Evans con la espalda encorvada sobre el piano, las manos acariciando las teclas, la cabeza agachada y todo el cuerpo en una posición de oración hacia el piano,  ha quedado inmortalizada en muchas fotos que manifiestan ante todo su manera de concebir la música. Evans parecía auscultar lo más profundo de su instrumento como si quisiera fundirse y convertirse en una parte de este, con el oído pegado a las teclas para poder capturar las vibraciones más sutiles que brotaban de su interior.

Bill Evans convirtió su propuesta musical en una profunda conversación íntima replegada en sí misma. Aquella música empapada de lirismo que se mezclaba con el humo y el murmullo constante del público en los clubes nocturnos, adquiría con él unos tonos misteriosos, cristalinos e inefables hasta el punto que en algunos momentos la sutileza de su música parecía estar más cerca del silencio que del sonido. Su toque poético y delicado, sensible al más fino espectro de gradaciones y matices, se constituye en el eje expresivo de sus travesías pianísticas. Noche tras noche Bill Evans, Paul Motian y Scott LaFaro, perfeccionaban su talento y refinaban su arte, permitiendo que el grupo alcance su máxima expresión, hasta el punto de reinventar esa formación fundamental del jazz denominada trío.  En estas sesiones capturadas en el Village Vanguard se puede sentir inmediatamente el nivel de compenetración y creatividad que presentaba el grupo y que aún hoy asombran, sobre todo al escuchar como el contrabajo y la batería se liberan definitivamente de su función de instrumentos acompañantes y hablan de igual a igual con el piano creando  un sonido mágicamente empastado que estaba a punto de dejar su huella en la historia del jazz.

  • Gloria’s Step – Bill Evans Trio
  • My Foolish Heart – Bill Evans Trio
  • Solar – Bill Evans Trio
  • Waltz for Debby – Bill Evans Trio
  • Porgy (I Loves you, Porgy) – Bill Evans Trio
  • Milestones – Bill Evans Trio
  • All of You (Take 3) – Bill Evans Trio
  • The Night Gone – Enrico Pieranunzi
  • I Hear a Rhapsody – Chick Corea
  • Smoke Gets in Your Eyes – Keith Jarrett
  • Our Tune – Michel Petruccianni
  • Evanesque – Eliane Elias
  • Time Remembered – Joey Calderazzo
  • Alfie – Brad Mehldau
  • Bill Evans – Lyle Mays

Jazz para soñar: La Melodía

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La melodía es elemento más importante de la música, es lo que recordamos de la buena música y aun así es muy esquiva. Muchos compositores aseveran que la creación de una melodía viene del fondo del alma y que fluye a través del corazón. De modo que sale de uno sin que necesariamente lo desee, muchas veces es algo inconsciente. La composición en sí es un trabajo inconsciente. Muchos compositores no creen que nadie se concentre en la música y componga, las melodías vienen de un lugar más profundo, vienen del corazón. No es que el corazón componga. El cerebro ve las teclas del piano y entiende como se relacionan, pero la verdadera música viene del corazón.

Hace más de cien años, si uno quería escuchar música necesitaba ir al lugar donde la tocaban y la elección de la música, más bien, la elección de la mezcla, no la hacía uno. Uno escuchaba lo que los músicos decidían tocar. Esto cambió de manera espectacular y definitiva cuando Thomas Alba Edison invento una forma de grabar sonidos de manera que las interpretaciones musicales se podían preservar y escuchar una y otra vez. Este hecho es maravilloso y nos permite disfrutar las veces que queramos cuando una música nos gusta, pero también trajo sus complicaciones al enfrentarnos a una gigantesca variedad de música. Esto se multiplicó además con la facilidad que hoy en día tenemos gracias al internet. Pero, ahí surge la pregunta: ¿Cómo podemos diferenciar lo bueno y lo malo? (obviamente bueno y malo entre comillas y con una fundamental dosis subjetiva y cultural). A George Martin le parece que lo primero que captamos al escuchar una canción es la melodía. Todos tenemos nuestras ideas en cuanto a lo que es una buena canción, un buen tema, pero si nos preguntamos ¿por qué? estaremos en problemas. Si un tema es mejor que otro, sea lo que eso signifique, entonces suele gustarnos y se hace inmortal. Debe haber algo en esa canción que la hace quedarse en la memoria.

Los siguientes temas que he elegido para esta sesión, son algunos en los que, para mi propio sentir, presentan melodías maravillosas que quiero compartir con ustedes.

  • My Spanish Heart – Chick Corea
  • Yesterday – Shirley Horne
  • My Song – Keith Jarrett
  • Ne Me Quitte Pas – Jacques Brel
  • Air on a G String – Jacques Lousier
  • Adagio de Albinoni – Baden Powell
  • Bye Bye Blackbird – Miles Davis
  • Our Spanish Love Song – Pat Metheny/Charlie Haden
  • A Remark You Made – Weather Report
  • Insensatez – Tom Jobim/Sting
  • Cinema Paradiso – Chris Botti
  • Les Moulins de Mon Coeur – Arturo Sandoval
  • Smile – Chick Corea
  • Smile – Madeleine Peyroux
  • Alfie – Bill Evans
  • Exit Music (For a a Film) – Brad Mehldau
  • Adiós Nonino – Astor Piazzolla
  • Round Midnight – Bobby McFerrin/Herbie Hancock

Sólo Piano

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Piano-Solo
La sesión de hoy girará alrededor de un instrumento maravilloso, el más completo de todos los instrumentos. El instrumento que cualquier músico necesita conocer y tocar, ya sea oboísta, percusionista, cantante, trompetista o lo que fuera.

Hoy la quinta disminuida destinara las dos horas del programa al piano.

Si. Ya sé que hice varios programas en relación a este instrumento, pero nunca hice uno dedicado al piano solo, es decir a la mágica complicidad entre un hombre o una mujer y las ochenta y ocho teclas de este instrumento.

Diez dedos y ochenta y ocho teclas capaces de llevarnos a parajes diversos.

Tristes o alegres. Melancólicos o sublimes. Tormentosos o calmados.

Un instrumento capaz de llevar a cualquiera al límite del sentimiento del alma. El piano.

He preparado una lista de 20 pianistas, seguro que faltarán muchos por lo que este programa seguro que necesitará una segunda parte, pero los 20 de hoy seguro que serán de su disfrute.

  • Tiger Rag – Art Tatum
  • Oblivion – Bud Powell
  • Crepuscule With Nellie – Thelonoius Monk
  • I Love You Porgy – Bill Evans
  • Sonrisa – Herbie Hancock
  • This Nearly Was Mine – Chick Corea
  • Don`t Ever Live Me – Keith Jarrett
  • Paris – Brad Mehldau
  • Olhos De Gato – Paul Bley
  • New Feelings – Joachim Kuhn
  • One Night In The Hotel – Michel Petrucciani
  • Antonia – Stefano Bollani
  • No Hago Otra Cosa Que Pensar En Ti – Tete Montoliu
  • Matsidiso – Abdullah Ibrahim
  • Dream – Esbjorn Svenson
  • Somewhere – Hiromi Uehara
  • For Nenette – Eliane Elias
  • A Dream – Michel Camilo
  • Esta tarde vi llover/My Foolish Heart – Chucho Valdes
  • Solo, En Casa – Javier Lozano