Billie Holiday tiene que ser oída

El pasado martes 7 de abril, recordamos los ciento cinco años del nacimiento de una de las más importantes intérpretes del jazz de todos los tiempos -sin lugar a dudas la mejor cantante de la historia- Billie Holiday.

Diego Fischerman, siempre acertado en sus textos y comentarios, dice que las cantantes de jazz (sobre todo las mediocres, las que apenas pueden moverse en el discreto círculo del entretenimiento de un hotel de lujo) ponen en escena el deseo en su versión más prosaica y previsible. Los mohínes, los labios extendidos e hinchados hacia el micrófono, los tajos en las faldas, los tacos altísimos, circulan por el catálogo de los fetiches más vulgares y transitados. Algunas cantantes de jazz, sin embargo, fueron más allá del lugar común. La primera de ellas, la más importante, es Billie Holiday. No porque fuera bella ni porque actuara con una sensualidad de una manera más o menos convincente. Billie Holiday construía sus interpretaciones con el mismo material que el deseo. Allí no hay distancia, no se trata de la aplicación de una determinada galería de recursos sobre algo preexistente. No hay división entre el deseo y la canción porque ambos son lo mismo. No es cuestión de la actitud corporal ni del tema. Billie Holiday, cuando cantaba, no hacía casi ninguna otra cosa que cantar. A pesar de su vida trágica, de sus adicciones y de su muerte literaria, a pesar de la autobiografía que se hizo escribir, a pesar del culto que le profesan muchos que apenas la han escuchado y de los que hacen con ella una discutible interpretación basada en la extraña alquimia entre genio y decadencia, Billie Holiday tiene que ser oída. El timbre, el color de esa voz, su rugosidad, con esa clase de belleza que atraviesa lo extraño y que roza (es apenas una cuestión de matices) lo desagradable, son, a la vez, materia, materia del deseo, en estado puro.

  • Your Mother’s Son-in-Law
  • Saddest Tale
  • Twenty-four Hours a Day
  • Summertime
  • He Ain’t Got Rhythm
  • Travlin All Alone
  • April in My Heart
  • I’m Gonna Lock My Heart (And throw away the key)
  • Strange Fruit
  • Night And Day
  • Gloomy Sunday
  • Trav´lin Light
  • Don’t Explain
  • Solitude
  • You Got To My Head
  • My Man
  • Fine and Mellow
  • God Bless The Child
  • Comes Love
  • I´m a Fool To Want You
  • (I loves you) Porgy
  • Just One More Chance

2 comentarios

  1. fruta amarga es una composicion de un profesor judio llamado abel meeropol luego de ver la la fotografia de un linchamiento de 2 afroamericanos en un estado del sur.

    pd: un abrazo a todos los que comparten este gran programa.

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