En esta sesión escucharemos a diferentes músicos del ámbito del jazz que tuvieron que luchar en su vida contra alguna condición física, intelectual o sensorial (entre otras) que les obligaba a recorrer un largo y sinuoso camino para interactuar y participar plenamente en la sociedad, pero que a pesar de ello, esta situación no fue un obstáculo para que pudieran expresar sus mas profundas sensaciones a través de la música, y en nuestro caso del jazz. La esquizofrenia, el autismo, el enanismo, la ceguera y otras condiciones no los detuvieron en conseguir sus objetivos.
El músico que hoy será el eje central del programa comenzó a tocar profesionalmente en Nueva York a los 15 años y a los 20 ya era reconocido como una importante figura del jazz. Durante mucho tiempo actuó junto a algunos de los principales músicos del ambiente musical en los Estados Unidos, hasta que en 1976, cuando tenía 32 años, comenzaron a aparecer unos dolores de cabeza. A medida que los dolores se hacían más intensos, su carrera empezó a verse afectada. Aparecieron los síntomas psiquiátricos como las obsesiones y la depresión, además de ataques de epilepsia y dicen por ahí que hubo algún intento de suicidio. En 1980, un ataque más intenso lo dejó hospitalizado y los médicos descubrieron en las imágenes del escáner que existía una malformación en los vasos sanguíneos de su cerebro. Aquella malformación en el lóbulo temporal, que lo había acompañado desde el nacimiento, era una pequeña bomba de tiempo que había empezado a sangrar y acabaría con su vida. Los médicos necesitaban actuar de inmediato. Así que actuaron. En la operación, los neurocirujanos retiraron un 70% de su lóbulo temporal izquierdo y el resultado fue devastador. Si bien se acabaron los ataques y no presentó síntomas de afasia (problemas para expresarse verbalmente), la operación le ocasionó a Pat Martino un cuadro de amnesia profunda: no recordaba a su familia ni a su entorno y ni siquiera sabía quién era. Y lo que podía resultar igual de doloroso: sus capacidades musicales habían desaparecido. Cuando parecía que todo había terminado para este gran guitarrista, un nuevo amanecer se fue presentando lentamente en su vida, un renacimiento en lo humano y lo musical que duró hasta el lunes 1 de noviembre de este 2021, fecha en la que Pat Martino falleció a los 77 años.
Hace veintinueve años que el jazz dejó de tener un líder, un líder que cambió el curso de esa música cada vez que sentía que se estaba anquilosando y fosilizando, cada vez que sentía la más mínima señal de aburrimiento, cada vez que su trompeta repetía los mismos sonidos. Tal como había destronado al bebop con The Birth of the Cool en 1950 y al cool con Kind of Blue en 1959, volvió a desarmarlo todo en 1969 con In a Silent Way, donde amalgamó el rock el funk y el jazz preparando el camino para cerrar la década con Bitches Brew una propuesta tremendamente radical que desconcertó incluso a sus propios músicos que salieron del estudio convencidos de no haber grabado piezas enteras válidas de música en las tres sesiones de grabación. En Agharta de 1975, hizo algo tan nuevo que hoy todavía no tiene nombre y antes de que terminaran los años ochenta predijo los sonidos de inicios del siglo XXI con Tutu y Amandla. Muchos dicen que sería posible escuchar un tema al día de Miles durante dos décadas sin repetir ninguno, es verdad. Fue un maestro de cuatro generaciones de músicos, por esta razón la pregunta correcta no es quién tocó con Miles, sino quién no ha tocado con él.
En esta sesión escucharemos algunos tributos y homenajes que músicos le dedicaron a Miles en vida y después de su muerte.
En la primera Quinta del mes de agosto quiero compartir con ustedes un programa en el que recordaremos a varios músicos que nacieron en este mes del año. Cómo la lista es muy extensa tuve hacer una selección solamente de algunos, pero para tratar de abarcar a la mayor cantidad de ellos, y para complicarme un poco, muchos de los temas que escucharemos hoy, involucran a dos o tres músicos que nacieron en agosto y que tocaron o grabaron juntos.
Agosto es el octavo mes del año en el calendario gregoriano, tiene 31 días. Se le puso este nombre en honor del emperador romano Octavio Augusto (Octavius Augustus). En el antiguo calendario romano, el año comenzaba en marzo y el sexto mes se llamaba sextilis pero, en el año 24 antes de nuestra era, Octavio Augusto decidió darle su nombre y desde entonces sextilis se llamó augustus. Octavio imitaba así al ya fallecido Julio César quien, veintiún años antes, había hecho lo mismo con el quinto mes, hasta entonces llamado quintilis y que con él pasó a llamarse iulius en homenaje a la familia Iulia, a la que pertenecía.
Pero a Octavio le pareció poco dar su nombre a sextilis, porque consideraba que ese mes no tenía la misma gloria iulius, ya que iulius tenía 31 días y augustus, solo 29. Por esa razón, el emperador alteró la duración de varios meses, quitando y poniendo días, hasta lograr que “su” mes tuviera 31 días. Es por eso que aún hoy, dos mil años después, julio y agosto tienen 31 días cada uno.
Los temas y homenajeados que serán parte de esta sesión son los siguientes:
Old Rockin’ Chair – Jack Teagarden/Louis Armstrong
Lady Be Good – Count Basie/Lester Young
Indiana – Benny Carter/Kenny Drew
Bebop – Julio Cortazar/Charlie Parker/Kenny Dorham
Seven Come Eleven – Oscar Peterson/Herb Ellis
Lonely Girl – Bill Evans/Tony Bennett
One By One – Idrees Sulieman/Mal Waldron
You Dont Know What Love Is – Dinah Washington
Reminiscing – Art Farmer/Kenny Drew
I’m Glad There Is You – Duke Pearson/Lex Humphries
Samba Do Aviao – Baden Powell/Airto Moreira
I Must Have That Man – Abbey Lincoln
The Phineas Trane – Pat Martino
Pretty Scared – Charlie Haden/Jack DeJohnnette/Pat Metheny
Crescent – Alice Coltrane/Ravi Coltrane
Condition Red – Wayne Shorter/Terri Lyne Carrington
En este programa no haremos un viaje histórico de cómo fue que la guitarra se introdujo en el jazz, sino más bien elegí a quince guitarristas que considero importantes e influyentes en el desarrollo de este instrumento.
Pero, para que el programa sea más concreto voy a plantearles las siguientes características que me permitirán redondear mucho más esta temática: La primera: solamente nos enfocaremos en la guitarra eléctrica. La segunda: será la guitarra eléctrica en el jazz. La tercera: escucharemos a quince guitarristas fundamentales que influyeron en la guitarra de jazz tocando un standard y la cuarta que como de costumbre se quedaron fuera muchos grandes guitarristas que no entraron en mi lista por un problema del tiempo del programa. Así que me hago absoluto responsable por haber dejado afuera a alguno que ustedes consideren fundamental en la historia del jazz.
Y la última característica de esta temática es que los escucharemos dialéctica y cronológicamente, pero no por el año de grabación, sino por el año de su nacimiento.
En agosto de 2015 hice un programa dedicado a músicos del mundo del jazz que llegaron o se fueron en este octavo mes del año. Ese programa lo reprisé hace poco y nuevamente lo comparto con ustedes para ir nutriendo paulatinamente los archivos que debido a un problema con el blog se “esfumaron” de la bloggosfera.
Agosto es también el mes de Julio Cortazar, un apasionado y enciclopedista amante de la música en general y del jazz en particular que bajo el nombre de Lucas, se explaya sobre sus pianistas favoritos en este texto:
Larga es la lista como largo el teclado, blancas y negras, marfil y caoba; vida de tonos y semitonos, de pedales fuertes y sordinas. Como el gato sobre el teclado, cursi delicia de los años treinta, el recuerdo apoya un poco al azar y la música salta de aquí y de allá, ayeres remotos y hoyes de esta mañana (tan cierto, porque Lucas escribe mientras un pianista toca para él desde un disco que rechina y burbujea como si le costara vencer cuarenta años, saltar al aire aún no nacido el día en que grabó Blues in Thirds).
Larga es la lista, Jelly Roll Morton y Wilhelm Backhaus, Monique Haas y Arthur Rubinstein, Bud Powell y Dinu Lipati. Las desmesuradas manos de Alexander Brailovsky, las pequeñitas de Clara Haskil, esa manera de escucharse a sí misma de Margarita Fernández, la espléndida irrupción de Friedrich Guida en los hábitos porteños del cuarenta, Walter Gieseking, Georges Arvanitas, el ignorado pianista de un bar de Kampala, don Sebastián Piaña y sus milongas, Maurizio Pollini y Marian McPartland, entre olvidos no perdonables y razones para cerrar una nomenclatura que acabaría en cansancio, Schnabel, Ingrid Haebler, las noches de Solomon, el bar de Ronnie Scott, en Londres, donde alguien que volvía al piano estuvo a punto de volcar un vaso de cerveza en el pelo de la mujer de Lucas, y ese alguien era Thelonious, Thelonious Sphere, Thelonious Sphere Monk.
A la hora de su muerte, si hay tiempo y lucidez, Lucas pedirá escuchar dos cosas, el último quinteto de Mozart y un cierto solo de piano sobre el tema de “I ain’t got nobody”. Si siente que el tiempo no alcanza, pedirá solamente el disco de piano. Larga es la lista, pero él ya ha elegido. Desde el fondo del tiempo, Earl Hines lo acompañará.
Old Rockin’ Chair – Jack Teagarden/Louis Armstrong
Lady Be Good – Count Basie/Lester Young
Indian – Benny Carter/Kenny Drew
Bebop – Julio Cortazar/Charlie Parker/Kenny Dorham
Seven Come Eleven – Oscar Peterson/Herb Ellis
Lonely Girl – Bill Evans/Tony Bennett
One By One – Idrees Sulieman/Mal Waldron
You Dont Know What Love Is – Dinah Washington
Reminiscing – Art Farmer/Kenny Drew
I’m Glad There Is You – Duke Pearson/Lex Humphries
Samba Do Aviao – Baden Powell/Airto Moreira
I Must Have That Man – Abbey Lincoln
The Phineas Trane – Pat Martino
Pretty Scared – Charlie Haden/Jack DeJohnnette/Pat Metheny
Crescent – Alice Coltrane/Ravi Coltrane
Condition Red – Wayne Shorter/Terri Lyne Carrington