Continuando con la celebración del noveno aniversario de La Quinta Disminuida, en este programa presentamos nuevamente los temas sugeridos por ustedes, los oyentes del programa de jazz que se transmite desde la ciudad más cercana al cielo. El listado de temas es amplio y diverso, como lo es el jazz, pero me nuestra la sensibilidad y gran gusto de los seguidores del programa. Muchas gracias por acompañarme en estos nueve años, que espero que sean muchos más.
El programa de hoy es un programa de aniversario que fue preparado por ustedes a través de sus sugerencias y recomendaciones. No podía haber quedado mejor la selección de temas. Como la lista es grande y todos los temas no pudieron entrar en un solo programa, continuaremos con esta celebración nuestra siguiente sesión con aquellos temas que se quedaron afuero, pero además, si todavía quieren sugerir temas, intérpretes o programas que les gustaron no tienen más que escribir al correo electrónico olorajazz@gmail.com al Facebook en el usuario Nicolás Peña (la quinta disminuida) o al twitter al usuario @laquintajazz y los temas elegidos serán parte de nuestra próxima sesión.
Rockin’ In Rhythm – Weather Report
Havona – Weather Report
Crisis – Jaco Pastorius
Sous Le Ciel De Paris – Karrin Allyson
I Aint’t Got Nobody – Earl Hines
Mercy, Mercy, Mercy – Jimmy Smith
Fables Of Faubus – Charles Mingus
Moanin – Charles Mingus
We Will Meet Again – Bill Evans
My Funny Valentine – Bill Evans/Jim Hall
Samba Triste – Charlie Byrd/Stan Getz
La Burrita – Daniel Maza
Summertime – The Great Jazz Trio
Autumn Rain – Ahmad Jamal
When My Sugar Walks Down The Street – Oscar Peterson
La música en general, y el jazz en particular, estuvieron siempre presentes a lo largo de toda mi vida acompañando cada momento importante con canciones y temas que hoy son parte de una banda sonora personal. Pero, también es cierto que estos temas que pintan mis días con colores únicos han causado estragos entre quienes fueron sus creadores e intérpretes.
Sea por el estilo de vida, la bebida, la droga, la discriminación, los viajes penosos y los horarios agotadores, la factura que tuvieron que pagar es mucho más elevada que la de quienes se dedican a otros trabajos más tranquilos. De todas formas, el daño producido en los músicos de jazz es tan grande, que uno se pregunta si no habrá algo en el género mismo que exige un tributo terrible a sus creadores.
Es un lugar común en el arte que el trabajo de los expresionistas abstractos los empuja de alguna manera hacia la autodestrucción. Ser el puente de conexión entre un mundo mágico al que pocos tienen acceso y nuestra humana realidad requiere un pago muy elevado. Desgraciadamente, por ello, este género artístico no se hubiera podido desarrollar con esa intensidad emocional que lo hizo sin exigir un enorme tributo humano.
Chet Baker y Stan Getz son apenas dos ejemplos, de los muchos que hay, de músicos que pagaron ese tributo por estar bendecidos con la magia de la música.
All Blues – Chet Baker
My Funny Valentine – Chet Baker
Well You Needn´t – Chet Baker
Summertime – Chet Baker
In Your Own Sweet Way – Chet Baker
Django – Chet Baker
I Fall In Love Too Easily – Chet Baker
People Time – Stan Getz/Kenny Barron
Like Someone in Love – Stan Getz/Kenny Barron
First Song (For Ruth) – Stan Getz/Kenny Barron
Soul Eyes – Stan Getz/Kenny Barron
Softly, as in a Morning Sunrise – Stan Getz/Kenny Barron
Quienes hayan leído a Haruki Murakami saben bien que la música es un elemento imprescindible en la narrativa de este novelista japonés. Un elemento que es tomado familiarmente, cotidianamente, como muchos suelen escuchar música: al lado de nuestras tareas cotidianas, mientras trabajamos, mientras cocinamos, mientras caminamos por la calle, mientras estamos en el trasporte público o al hacer ejercicio.
La música como una compañía en un sentido casi presencial: algo que está ahí y que da un acento especial al instante, que lo vuelve más alegre, que lo melancoliza o quizá que le otorga cierta épica a un hecho aparentemente rutinario o trivial.
La relación que establece Murakami entre la literatura y la música es absolutamente convergente como él mismo lo explica: “Ya sea en la música o en la ficción, lo más básico es el ritmo. El estilo tiene que tener buen ritmo, natural y constante, o la gente no va a seguir leyendo tu obra. Aprendí la importancia del ritmo de la música, fundamentalmente del jazz. Luego viene la melodía, que en la literatura corresponde a la disposición adecuada de las palabras para que coincidan con el ritmo. Si la forma en que las palabras se ajustan al ritmo es suave y hermosa, no se puede pedir nada más. Lo siguiente es la armonía, los sonidos mentales internos que soportan las palabras. Luego viene la parte que más me gusta: la improvisación libre.
A través de algún canal especial, las historias vienen brotando libremente desde el interior. Todo lo que tengo que hacer es entrar en el flujo. Por último viene lo que puede ser lo más importante que es el punto en el que ritmo, melodía y armonía se unifican en lo que se puede llamar la interpretación, el performance. Esto nos genera una sensación de haber logrado llegar a un lugar que es nuevo y significativo. Y si todo va bien, se llega a compartir esa sensación de elevación con los lectores (la audiencia). Todo esto, encajado perfectamente, nos lleva a una culminación maravillosa que no se puede conseguir de ninguna otra manera.
Let´s Get Lost – Chet Baker
Ramona – Benny Goodman
Bloomdido – Charlie Parker/Dizzy Gillespie
No Hay Problema – Art Blakey & The Jazz Messengers
The Jitterbug Waltz – Fats Waller
Move – Stan Getz
When You’re Smiling – Billie Holiday
Minnie the Moocher – C.C. Production «The Blues Brothers»
A Foggy Day – Charlie Mingus
My Foolish Heart – Bill Evans Trio
Singin’ The Blues – Bix Beiderbecke
I’m Coming Virginia- Bix Beiderbecke
Rocks In My Bed – Duke Ellington
These Foolish Things (Remind Me of You) – Ella Fitzgerald